Y me esperaban deseosos de un nuevo experimento: la bolita saltarina.
El día anterior fui a buscar los materiales, la naftalina, que fuerte huele y qué raro encontrarla en la pasamanería, el vinagre y bicarbonato, en el mercado.
Qué maravillados quedamos todos, unas bolitas eran saltarinas y otras bailarinas, jjj, hasta le pusieron música, ja ja ja.
Por la tarde, a disfrutar de los gatos de mamá. De su compañía y sazón.
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