La música, oh la música... Forma parte importante de la vida, al menos de la mayoría de personas que como yo, la aprecian y disfrutan.
En mis tiempos, uy ya estoy hablando como abuela, el primer contacto con la música fue mediante la radio, los discos de 45 y 33 rpm y las serenatas que mi tío le daba a mi mamá en su cumpleaños, él tocaba el acordeón.
A mis padres les gustaba mucho bailar sus huaynos y cumbias en los cumpleaños, junto a sus compadres y mis tíos y tías. Mi padre tenía un tocadiscos pequeño, luego otro mediano y finalmente compró un equipo grande que venía con tocadiscos, cassetera y radio, 3 en 1,era una maravilla!
A mí me gustaba cantar, me sigue gustando pero ya dejé de hacerlo. A veces me entra la locura y me pongo a hacer karaoke toda la tarde hasta quedar ronca.
No es lo mismo escuchar la música en la radio, usb, you tube que hacerlo en vivo, en un concierto, ahí fluye una mayor energía y un sin fin de emociones. Asistí a varios conciertos de mis cantantes y grupos musicales favoritos.
Por ejemplo, me encanta la música que hace Lucho Quequezana, su proyecto, cómo inició, y compartí con varias promociones de estudiantes, su música e historia. Anhelaba siempre ir a algún concierto suyo las veces que iba a Lima para las capacitaciones, pero nada. Hasta que al fin llegó a Tacna, oh qué emoción,... Compré 2 entradas para ir con mi hija pues a ella también le gusta la música y la ejecutó muchos años como integrante de la banda de música del colegio, en el saxo.
Hicimos cola para ingresar y el Teatro Municipal se llenó. Y fue un espectáculo sensacional, maravilloso, interactivo como él sabe hacerlo y no pude evitar acercarme a entregarle un presente y darle la bienvenida a Tacna.
Son momentos de felicidad que cuando uno los recuerda, vuelve a ser feliz. Son regalos que uno puede hacerse en la vida.
Resulta anecdótico que cuando inicié mi trabajo como docente de Ciencias, también haya tenido que enseñar educación física y educación artística, pues para completar las horas. Entonces de manera responsable, asumí el reto de aprender y luego enseñar música recontra básica a mis estudiantes, con la quena y la zampoña que eran los instrumentos más asequibles por el precio. En aquellos años estaba de moda la música latinoamericana con los Kjarkas y Proyección, así que sonaba ojos azules, Poco a poco, Cacharpaya,... Y felizmente pude gozar de los conciertos de estos grupos de Bolivia.
Debe ser estupendo dar un concierto...
